El origen de mi impaciencia

 

Una vez, una amiga me preguntó.
Aquilino, ¿Cuántos años tienes?
Diez o quince contesté yo,
en evidente contradicción
con mi barba blanca.

Ella me miró como asombrada
por la edad que había dicho que tenía,
pero yo al darme cuenta, le expliqué.
Tengo en efecto querida amiga,
los años que me quedan de vida.

Los vividos ya no los tengo,
como no tengo el dinero que he gastado.
Yo quisiera preguntarte a ti, ¿Cuántos años tienes?
Pero responde como te he respondido yo,
no los que has vivido, esos ya están consumidos.

¿Cuántos años tienes? ¿Cuántos crees que tienes por vivir?
¿Cuántos de tu sexo pleno? ¿Cuántos te quedan?
Ahora que tu mente está esbozando la respuesta, ¿Qué harás con ellos?
¿Qué harás con los días, las horas y los minutos, irrepetibles que te quedan en cada momento?.
¿Cómo los emplearas? ¿Cómo los utilizarás?
Los hombres creemos que el tiempo pasa,
sin darnos cuenta, que los que pasamos somos nosotros.

Aprovecho el hoy, dejo el ayer y no espero al mañana que quizá nunca llegue.
Soy realista, elijo el aquí y el ahora.
Y de ahí, tomo lo mejor para mí y para los demás también.
No quiero hacer daño, ni que me lo hagan.
No quiero perder lo que me queda de vida.

Desde hoy, dejaré de cumplir años
para intentar cumplir deseos.
Este escrito, forma parte de mi filosofía de vida.
Que no es mejor ni peor, es la mía.

5 comentarios en “

  1. Poeta…confundes mis ojos, cuando escribes..»no quiero perder lo que me queda de vida….o «dejare de cumplir años para intentar»… no siento el fuego de tu prosa como en otros escritos

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  2. Se pueden multiplicar los años que quedan de vida si descubrimos nuevas formas de amar y si reinventamos nuestra vida, si tomamos nuevos sueños con sus proyectos concretos, si nos comprometemos al 100%.
    Que magia la de este poeta que siempre me pone a pensar.

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