El Paular Entre paredes gruesas del Monasterio, mi amor a nadie puedo dar. Imploro a mis recuerdos y lloro sin parar. Tristes noches de soledad las que paso entre cuatro paredes. Me atormenta el recordar la traición a mi quereres. Escribo en sus yesos blancos con una punta de carpintero vieja, mensajes de amor y sentimiento como recuerdo a mi pareja. Yo amé y fui amado y también abandonado. Duro golpe el sufrido por un amor no correspondido. No me quiero enfrentar a un nuevo azar, pues tengo miedo al fracaso y no olvidarme al recordar. Pienso en los tiempos felices, cuando nacieron los hijos del amor correspondido. Hoy resido entre frailes y yo soy el novicio. No quiero doblegarme al sentimiento, estoy bien con el silencio. Recogido me siento en los brazos de mi Padre, que está en los cielos. Compártelo:TwitterFacebookMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado
No hay que tener miedo al amor.
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