Entre las hojas de mis libros, guardo mis sentimientos como pétalos secos de una flor. Deseo que algún día, les sirvan a los míos como recuerdo.
Cuando veas revolotear las golondrinas bajo el alero de tu casa. Coge el paraguas, el chubasquero y las botas de agua. Las nubes corren despavoridas, hasta alcanzar tu partida.
No quiero que mis amores queden en leyenda. Tampoco que me atormenten. No quiero enloquecer, no quiero mudar mi piel.