Amor al prójimo Encontré el amor en una esquina, con un habla diferente a la mía. Estaba semidesnuda en plena calle ofreciéndose al primer vecino. Su tez era morena y muy largo su cuerpo, su pelo negro azabache y de brillante aspecto. La invité a que me acompañara, pero no para tener sexo. Fue tal el agradecimiento de esa espectacular mujer, que no quiso separarse nunca, iniciando un apasionado romance. Sentí una enorme emoción, por esa bienaventurada madre, que tenía que vender su cuerpo, para dar de comer a su sangre. Decido amancebarme con ella y darle mis sentimientos. Juntar a todos nuestros hijos bajo el calor del mismo techo. Como es joven y escogida intentaremos tener más hijos, educarlos en el amor religioso al amparo de nuestro Señor Jesucristo. Para nuestros adentros quedará nuestro indecoroso pasado. Hoy estamos llenos de felicidad y el mundo, maravillado. Compártelo:TwitterFacebookMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado
Que interesante el mensaje de este poema.
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Hermoso poema.
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