Nunca creíste la verdad de los hechos, cuando llorando confesé…Te quiero. Buscándote pasé los días oscuros, hasta alcanzar nuestro encuentro. Nunca recibí el calor de tu cuerpo, por cerca que me ponía a tu socaire. Me prometiste contemplar los hechos, para complacerme como merezco. Nunca sabré si tus ojos verdes, te dejan verme con claridad. Te miro desde lo alto de una nube, pintada en un trozo de papel. Nunca sentí tus deseos de amarme, aun sabiendo que me dolía el alma. No manifiestas compasión conmigo, ni ganas de resarcirme con cariño. Nunca lamentaré el dolor de tus delirios, porque soy inmune a tus desatinos. No quiero cicatrices por tus desaires, ni rasguños en mi corazón herido. Nunca quiero despreciar lo divino, ni tampoco lo que viene del ser humano. La maldad en nuestro género sobra, porque siempre acarrea un daño. Nunca tendré mi alma desnuda en otoño, porque está dotada de hojas perennes. Mi corazón lo guardo siempre intacto, en las cuatro estaciones del año. Nunca seré yo quien tire la primera piedra, a este abrevadero del buen amar. Contigo me sacio a diario de buen cariño y retengo para mí, lo que tú me das con amor. Nunca diré de este agua no beberé, porque cuando menos esperas, nace una ilusión. A partir de ahora, yo la alimentaré, con el amor que guardé para ti siempre. Nunca pensé navegar a vela y remos, en tus mares de esperanza y sentimientos. Tú sabes que te amo y anhelo vernos, porque no hay mayor felicidad, que el deseo de querernos.
Hermoso poema .
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