No quiero que se detenga nuestra travesía, para tener al final que decirnos adiós. No quiero ir desprovisto de abrigo y que decidas abandonarme, en el frío invierno. No me digas reniegos sin razón, que puedan dañarnos el sentimiento. No hay recuerdo que subsista, toda la vida en el pensamiento. Viene la noche pariendo día, mudando los anteriores pasados y perdonando las mentiras. No quiero sembrar de angustia todo lo venidero contigo. Quiero que regrese la palabra del silencio, porque un corazón proceloso, lejos no puede llegar vivo. Salgo a caminar con una lluvia en ruinas, que termina por calarme, más que un manantial de sueños, vividos contigo. Al mirarme en el espejo veo algo, que me sonroja al verlo. Lo pasado lo doy como bueno. Ahora me siento cansado, pero con muchos sueños. Como una veleta al viento, voy avanzando risueño, camino hacia la luz más suave, que me guía hacia tu reino. Quiero remendar mis frágiles afectos, para fortalecer todos mis sentimientos. Así mismo, quiero rebrotar contigo todos los sueños vividos. Porque, para eso no tengo memoria y no recuerdo la salida de tu laberinto. No tengas llanto, que tendrás tu merecido, en forma de amor provisto de un sentimiento digno.