La ausencia, se llevó formas y maneras, dentro de un reposo viviente, con una hermosa sobriedad.
El verde azulado del agua cristalina, transparenta los peces y las algas marinas. Elogio que tú seas limpia y diáfana, en tus sentimientos de cariño hacia mí.
No quiero un amor de paso, que al final me pueda torturar. Quiero ese que se agarra al corazón, y que al final nos funde en uno solo.
Duelen las cenizas del cariño, como duele la perfidia del amigo. Solo ese que chilla sin razón, enmudece a cien que callan sin pasión.
Entre el viento y la lluvia, no puedo avanzar hacia tu amor. Enrabietado me siento ahora, por no poder regalarte mi corazón.
No quiero que mis amores sean fósiles, en el fondo del pozo de mis sentimientos. Ni tampoco quiero ser ermitaño de mis sueños, esos que guardan todos los recuerdos de amor.
No quisiera volver al pasado, sin formalizar un pacto sensato. En él tenemos que comprometernos, que seremos fieles y siempre querernos.