Dando tumbos

Caminando solitario sin rumbo,
sin esperarlo apareciste en mi vida.
Hoy es el día, que con el pensamiento
se acarician nuestras almas todavía.

Cuando la luz de mi ensoñación,
alumbra el deseo de amar,
surge el cariño sin complejos,
disfrutándolo como infinito.

Tú con tu misterio,
te fuiste en adviento,
sin encontrar razón
que justifique tu secreto.

Tú eres luz tenue,
que poco a poco se extingue,
sin pedir permiso,
hasta su muerte.

Te voy a hablar en silencio,
para decirte lo que mi corazón pide,
sin que tú lo veas en todo momento.
Temo levantar el vuelo por si me pierdo.

Es grande el amor que por ti siento,
no sé manifestar ahora, con forma y manera,
el caudal de cariño que te quiero regalar.
Espero el día, en que llegue ese momento.

He vivido para un mundo donde tú no estabas,
para los placeres, para las pasiones…
Con toda la efusión de mi alma, quiero ahora amarte,
y sentir juntos, lo que he soñado con pasión.

Dando tumbos un tiempo viví,
desorientado, sin rumbo,
hasta que un día me abrace a ti
y tus sentimientos afloraron hacia mí.

Quisiera aprender de tu sosiego
y no caer en la osadía de gritar.
No hay motivo para ello, si no es
por la tristeza, el delirio y la maldad.

Entiendo tus silencios,
que junto a los míos,
se vuelven ciegos
para no caer en un abismo de deseos.

Tengo la esperanza,
de que tus sentires
enraícen con calma
y terminen por salvar mi alma.

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