La vejez

Los años pasan, como pasa el viento fresco.
Me siento viejo y cansado en este momento.
Nunca tuve antes la experiencia de envejecer,
ni tampoco de ver cómo se arruga mi piel.
Ahora espero que esto dure por mucho tiempo.

Lloro lágrimas de sentimiento,
al quedarme solo al anochecer.
Nunca pensé que esto llegara a suceder,
pues no creo merecer tal condena, 
por mal que lo haya podido hacer.

No entiendo cómo puedo hallarme así.
Pienso que me porte bien con los seres queridos.
Sigo sin saber, si los errores que cometí
fueron tan graves, para este mal castigo.
Algún día faltaré sin saber por qué ha sido.

Todo llega en el peor momento,
mayor de años, frágil de huesos,
memoria olvidadiza, salvo algunos recuerdos.
Quiero aguantar para observar,
hasta dónde llegan los desprecios.

Sentimientos encontrados,
por los desplantes que siento.
Parece que estamos de más
si no es para sufragar,
lo que nosotros no debemos.

Mi preocupación es ahora,
mis hermanos, hijos y nietos,
que vienen a verme a la residencia cada poco tiempo.
Yo se lo agradezco,
como el agua clara que bebo.

La soledad, es un patrimonio
que no nos gustaría poseer.
Las circunstancias de la vida,
te hacen heredero para mal,
de lo que no quisieras tener.

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